El contexto, importa.
«Todo indicador (KPI) es bueno hasta que lo sacamos de contexto. Y lo sacaremos de contexto.»
En todos los sectores, ámbitos y departamentos se saca de contexto, es parte del (¿corrupto?) juego de presentar datos a conveniencia.
En economía (micro y macro), en salud, en innovación. Expertos de la nada, tirando datos para sí. Amar las matemáticas, te hace desconfiar de las analíticas de quien no ama los números. Y a veces son legión. Necesitamos poner los indicadores (KPI) en contexto. Porque el contexto, importa.
Me llamo a recato, a quedarme en el marco chico, doméstico. En social media marketing -por ejemplo- donde mucho (casi todo) se exagera hasta sacarlo de contexto.
Hace mucho, visitas a un video, suscripciones a un canal, seguidores a una cuenta tenían -como métricas- sus significados relativos. Duró poco. Sumamos la crisis financiera mundial de hace 10 años y la segunda cocción de la economía digital colaborativa contemporánea y tuvimos el caldo de cultivo perfecto para que todo se recalentara, y las sobras fueran el plato del día.
Entretanto, la cultura de la inmediatez aun confunde pronto con rápido, velocidad con certeza y celebridades con influencers. La biblia junto al calefón porque todo es épico.
Pero lo cierto es que:
- #Visibilidad NO ES #Popularidad
- #Popularidad NO ES #Notoriedad
- #Notoriedad NO ES #Relevancia
- NI #Relevancia ES #Influencia
Son etiquetas. Las palabras, cuando etiquetan, sirven para separar, para segmentar, para definir -arbitrariamente- conceptos diferentes. Si a todo lo tomamos igual ¿como pretendemos comprender la realidad cuando esa realidad es compleja?
Mientras tanto puedes pasarte por: