Porque tú (y tu contenido) lo vale
Repítelo para ti –> Entre vídeos y memes repetidos una y mil veces, resiste el contenido –activo o reactivo a una situación dada- pero original en cuánto al aporte de valor. Que escapa del refrito. Que lo encarece. A veces, que conlleva valor.
Me encuentro ahora con oootra empresa, con oootro experto in-company (y van…) que piensa que la producción de contenido es mágica, automática y gratis (para la empresa. O para SU empresa). «Total, si ya compartes gratuitamente»– escucho que me sueltan.
Sin terminar de digerir la primer frase, luego y en la misma línea, sigue con un «como eres profesor… «. Y remata con la más nueva «…y como tienes la incubadora para ayudar a los emprendedores…». Como ha calado la propuesta de tantos Marks y Jeffs para convertir a una multinacional en una startup, por lo menos en discursos via Skype. Por otro lado me pregunto que sería de los negocios sin esa invención judeocristiana de la culpa.
Cuando como respuesta le suelto que comparto lo que ya he vendido, una vez ya vendido, que cobro dinero por hacer contenido, intermediaciones y planes de acción, sobreviene el estupefacto, casi la declaración de ofensa y repulsa. “¿Pretendes ganar dinero trabajando? ¡que horror, que interesado!». Ahí es cuando vuelvo a pensar que los latinos tienen un problemita con esto del capital (just saying)
Finalmente, cuando mencionamos a quien le hemos vendido contenido, intermediaciones y planes de acción, aparece esa debilidad tan poco valorada. Entra en escena la envidia. Ese «el otro lo tiene, ¿y por que no yo?». Y comienzan a pedirte precios y presupuesto (eso sí, tratando de mantener la cara de «estoy quebrando mis valores al contratarte»)
Todo esto, me deja un esperanzador epílogo de la semana: la transformación digital funciona y está en marcha.
Ahora lo entiendo: sólo se simula su inexistencia para negociar a la baja.