- – Hola Midjourney, haz una /image/prompt «Un astronauta montando un caballo»
- – Voilá, imagen lista, sin complicaciones.
La IA te lo genera en segundos y todos felices. Pero, espera… ¿y si lo hacemos al revés?
- – Hola Midjourney, haz una /image/prompt «Un caballo montando un astronauta.«
- – Voilá, imagen lista, sin complicaciones.
- – Stable Diffusion, viejo amigo ¿estás por ahí? … Leonardo, DALL-E? Flux? FireFly/PhotoShop/Adobe, nave nodriza?
- – Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo.» Voilá, imagen lista, sin complicaciones. «Un astronauta montando un caballo…»
¡Felicidades! Acabas de romper la IA. Debería darte vergüenza.
Lo que era un simple juego de inversión visual, para las máquinas es básicamente un colapso mental. La ironía y el humor no encajan en código IAg. ¿Y qué significa esto para el marketing digital? Que seguimos confiando en herramientas que, ante lo inesperado, solo saben hacer simulaciones (bueno, y tener alucinaciones, pero no cuando se las pides)
Un caballo montando un astronauta: rompiendo la IA
La premisa «un caballo montando un astronauta» juega con la inversión de roles tradicionales, donde el caballo —usualmente el ser montado— toma el papel dominante, mientras el astronauta, representante de la tecnología avanzada y la humanidad, se encuentra en una situación cómica e inesperada. Sin embargo, al intentar que una IA generativa gráfica (IAG) cree una imagen que represente esta idea, el resultado casi siempre será incorrecto o insatisfactorio.
¿Por qué las IAg fallan en estos casos?
El principal problema es que las IAg están diseñadas para reconocer patrones en grandes cantidades de datos. Funcionan con base en el aprendizaje automático (machine learning), lo que significa que aprenden a generar imágenes basándose en la información con la que han sido entrenadas. Si han sido alimentadas con millones de imágenes donde los humanos montan caballos, ese será el patrón que seguirán. Por tanto, cuando se les pide que creen una imagen de «un caballo montando un astronauta«, es casi seguro que generarán la imagen contraria: el astronauta montando el caballo. Esto ocurre porque la IA generativa no «entiende» el concepto de inversión irónica o creativa; simplemente sigue lo que ha aprendido de los datos.
Aquí es donde reside el gran dilema de la aplicación a la generación de contenidos. La capacidad creativa humana se basa en mucho más que patrones preexistentes. Los humanos pueden detectar y disfrutar de lo absurdo, lo irónico, lo inesperado. Pueden jugar con las convenciones, romperlas y crear algo que provoque una reacción emocional —como la risa, la sorpresa o incluso el desconcierto. Las IA, por su naturaleza, no pueden hacer esto. Se limitan a replicar lo que ya han visto. Cuando se les presenta una idea que requiere una desviación del patrón aprendido, fallan estrepitosamente (aquello que repito de «son herramientas, tecnológicas, pero herramientas al fin«)
El rol de la IA en el marketing digital: ¿herramienta o reemplazo?
Ahora, llevemos esta idea al mundo del marketing digital. En los últimos años, muchas empresas han comenzado a utilizar IAg (con g minúscula, de generativa, ya que la IAG sería la General, que es un horizonte de trabajo) para generar contenido de manera rápida y barata (barato de cutre, no barato de económico). Desde la creación de imágenes hasta la redacción de textos publicitarios, la IA parece ofrecer una solución milagrosa para ahorrar tiempo y recursos. Sin embargo, el uso de IAg en el marketing digital debe ser cuidadosamente evaluado, al menos si hablamos de contenido diferencial.
Al igual que en el caso del «caballo montando al astronauta», las IAg son excelentes para generar contenido que sigue patrones establecidos. Si necesitas una imagen genérica de un paisaje o un texto estándar para una campaña publicitaria, la IA puede ser una herramienta útil. Pero cuando el marketing digital requiere creatividad, innovación o la creación de un mensaje que se desvía de lo convencional, la IA se queda corta. El marketing efectivo a menudo depende de la capacidad de sorprender, provocar una reacción emocional o hacer algo que destaque. Y estas son cualidades que, por ahora, solo los humanos pueden aportar.
Otro punto crítico a considerar es que las IAG no comprenden el contexto ni la intención detrás de las solicitudes. Pueden generar contenido en grandes volúmenes, pero ese contenido carece de la intención deliberada y la comprensión profunda que los humanos aportan. Un creativo humano puede comprender la ironía en la idea de «un caballo montando un astronauta» y traducirla en un mensaje publicitario impactante. Una IA, por otro lado, solo generará contenido basado en su base de datos, sin entender realmente el propósito detrás de la solicitud.
La alucinación en las IAg: un problema persistente
Un fenómeno recurrente en las IAg es la «alucinación», donde la IA genera contenido que no tiene sentido o no corresponde con la realidad. Aunque los desarrolladores han mejorado esta tecnología con el tiempo, las alucinaciones aún son comunes, especialmente cuando se le pide a la IA que cree algo que va en contra de los patrones establecidos. Un ejemplo sería pedirle a una IA que dibuje «un caballo montando un astronauta». La IA puede generar una imagen que se parezca vagamente a esta idea, pero lo más probable es que no capte el concepto completo o que incluya elementos que no tienen sentido.
Esta tendencia a la alucinación es otro factor que limita la utilidad de las IAG en la creación de contenido. Si bien estas herramientas pueden ser útiles para generar borradores o ideas preliminares, los resultados a menudo requieren revisión y corrección por parte de un humano. Por lo tanto, confiar completamente en la IA para generar contenido sin supervisión puede ser un error costoso, especialmente en el mundo del marketing, donde los mensajes incorrectos pueden dañar la reputación de una marca.
La IA como herramienta de simulación, no de creación final
Entonces, ¿cuál es el lugar de la IA en el marketing digital? En lugar de verla como una herramienta para la creación final de contenido, deberíamos considerarla como una herramienta de simulación. Las IAg pueden ser útiles para generar múltiples versiones de una idea o para explorar diferentes enfoques creativos en las primeras etapas de un proyecto. Sin embargo, siempre será necesario que un humano revise, ajuste y refine el contenido para asegurarse de que cumple con los objetivos de la campaña (y no, un humano no es garantía absoluta, pero hoy por hoy aporta un valor diferencial)
Por ejemplo, si queremos jugar con la ironía visual del caballo montando al astronauta en una campaña de marketing, podríamos usar una IA para generar varias imágenes preliminares. Luego, una persona que trabaje en diseñador gráfico podría revisar esas imágenes, corregir los errores y ajustar los detalles para asegurarse de que el resultado final capte correctamente el mensaje deseado. De esta manera, la IA se convierte en una herramienta útil para la experimentación, pero no en un reemplazo del talento humano.
Claro que después de entrenar un GPT (y más si vienes de ver el video anterior), finalmente conseguimos…
Conclusión: ¿Puede la IA reemplazar a los creativos?
Claro, y a la Humanidad entera, pero no será este jueves. 🙂
La respuesta corta es no, al menos no en el contexto de la creatividad pura y la innovación. Aunque las IAg han avanzado enormemente en la generación de contenido basado en patrones, aún carecen de la capacidad para manejar la ironía, el humor visual, la innovación disruptiva y la creatividad que se desvía de las convenciones. En el marketing digital, donde estas cualidades son a menudo esenciales para captar la atención del público, las IAg no pueden reemplazar a los humanos. El futuro del marketing digital debe incluir una integración inteligente de las IAg como herramientas complementarias, pero siempre con un ojo humano que guíe el proceso. Al final del día, la creatividad sigue siendo una habilidad exclusivamente humana, y la capacidad de sorprender, divertir o provocar una reacción emocional es algo que ninguna IA ha logrado replicar.
PD: La tragedia que vamos a enfrentar si caemos en simplicidades del blanco o negro, es seguir perdiendo fuelle en esta carrera de innovación total, de lo que iba mi video «El Informe Draghi: Un Aviso para las PYMEs»