En clases, he comentado varias veces sobre como y sobre que escribir en un post. Pero fue hace pocos días que comenté cuando escribirlo. Publicar un post periódicamente es un buen ejercicio de disciplina y calidad de gestión (ya que debes cuidar una línea coherente de contenido) de la misma manera que usar seguido un idioma hace que lo hables fluidamente. Sin embargo, la pantalla en blanco es un problema eterno para la creación de posts. Y la musa de la inspiración te pilla donde te pilla.
El video del presente post lo grabé conduciendo, usando la cámara en un soporte similar al que se usa para los GPS. Tiene una calidad de audio aceptable, una calidad de actuación levemente soportable y un tema desarrollado en caliente. Este es un material crudo, sin editar, sin ensayar, completamente virgen, sin grabaciones previas, sin moderar el lenguaje, con todos los defectos y virtudes de una idea inmadura, sin pulir, en bruto pero por eso mismo, rica en detalles menores, en ser vivaz y en lograr una visión mas fresca, en parte por ser auténticamente improvisada.
En su momento, lo grabé camino a una conferencia y, como me aburro si no converso, suelo tener cámaras a mano para registrar fácilmente (y con la máxima seguridad, en eso no improvisamos) un texto, idea o imagen que se pueda capturar. Haber escrito este video le hubiera otorgado claridad de lectura, pero bien vale la pena dejarlo así para mostraros como tambien es posible -y recomendable- el compartir contenido fresco y espontáneo.
En breve, los textos de gestión de una crisis de comunicación en 72 horas pero eso, será en otro post.
Y posiblemente, sin video de carretera 🙂